22 de septiembre de 2010

Los libros no muerden, pero se sueltan.


Entre las 16 y las 18, se juntarán editores, escritores y lectores en Plaza San Martín en una suerte de picnic de lectura, pero la iniciativa va más allá: se invita a dejar libros en cualquier lugar público para facilitar la circulación de las ideas

El pensamiento toma su forma en las palabras como el agua en la vasija. Pero el destino de la palabra es la constante profanación. Tal vez la primavera inocule, además de un batallón de alergias, cierta desconfianza por el sentido expreso de conceptos apropiados y reciclados. Quizás el clima sea el mejor abono para la contingencia o para un “microacto político”. Por azar –muchas veces, casi siempre– se descubren libros que están destinados para uno. Pues bien, hoy la Alianza de Editores Independientes de la Argentina por la Bibliodiversidad inaugura una celebración atípica, un picnic de lectura y suelta de libros, que tendrá como punto principal de reunión la plaza San Martín. Entre las 16 y las 18, escritores, editores y lectores invitarán a traficar libros gratuitamente. Alguien soltará un libro querido en cualquier espacio público –si no puede arrimarse hasta Retiro– para encontrarse con otro libro querido, pero soltado por otro. Este trueque sucesivo en tiempo y espacio expande la multiplicidad de las lecturas y la viralidad de la misma acción de desprendimiento. La movida, que se celebrará simultáneamente en diez países de América latina, se llama el DíaB, por el Día de la Bibliodiversidad, palabra embrollada que, traducida al “lenguaje de a pie”, sería la diversidad cultural aplicada al mundo del libro. Esto es, la defensa de un variado repertorio de voces y el acceso universal a la información y al conocimiento.

Constanza Brunet, de la editorial Marea, desmenuza ante Página/12 por qué se decidió “soltar” libros y festejar por primera vez el DíaB justo en el arranque de la primavera en el Hemisferio Sur. “Esta estación evoca la variedad, el contraste de colores, el reverdecimiento, la transición, el anuncio de lo nuevo. Si bien la idea es que este día sea internacional, el Sur connota la posición de periferia del sentido de circulación de las ideas en un mundo globalizado”, subraya la editora. “Invitamos a soltar los libros en cualquier lugar público: el banco de una plaza, en un medio de transporte público, en un local de comidas rápidas, en un mostrador de un negocio, donde sea. La idea es hacer una pequeña intervención urbana, generar una escena disruptiva en medio de la cotidianidad de una ciudad; que encontrarte el libro, además de ser un regalo inesperado y la posibilidad de leerlo, se convierta en un disparador para imitar el acto de la suelta y reflexionar sobre el libro como un objeto portador de cultura y no una simple mercancía.”

Además de soltar libros de Marea, Brunet confiesa que también se animará a desprenderse de libros de su biblioteca personal, “leídos y marcados por mí”, aclara con la devoción del lector que deja la “huella dactilar” en las páginas. “Prefiero soltar los libros que leí recientemente, que me gustaron y que puedo volver a comprar. Lo admito: no me resigno a perderlos para siempre.” La editora de Marea anticipa para los sabuesos que circulen por las calles de Buenos Aires que dejará en algún lugar –cuyas señas no se puede ni debe precisar para no aguar la sorpresa del encuentro–, libros de editoriales independientes: Recorre los campos azules (Eterna Cadencia), de Claire Keegan; En otro orden de cosas (Interzona), de Fogwill, y Varadero y Habana maravillosa (Tamarisco), de Hernán Vanoli.

La propuesta de convertir el 21 de septiembre en el Día Internacional de la Bibliodiversidad es una iniciativa de la Alianza Internacional de Editores Independientes que será elevada a la Unesco. “El establecimiento de un día especial es un proceso complejo que encarará la Alianza. Muchas de las acciones que estamos haciendo en los distintos países de habla hispana formarán parte de la presentación del proyecto”, explica Brunet. En este primer festejo la red hispanohablante de la Alianza Internacional de Editores Independientes –asociación sin fines de lucro que se ocupa de una red compuesta por 80 editoriales y colectivos de editores de 45 países– será la pionera en realizar actividades promocionales en varios países: Perú, Chile, Colombia, México y Bolivia. En otros países, en los que no existen colectivos de editores independientes pero sí editoriales miembros de la Alianza –Uruguay, Ecuador, Guatemala y España–, también habrá sueltas de libros en apoyo al Día de la Bibliodiversidad.

En el “manifiesto” que puede encontrarse en Internet, los editores independientes cuestionan las formas de circulación tradicional de los libros como mercancías. “No nos oponemos al mercado, pero no funcionamos en términos de adaptación sin que nuestros proyectos pierdan vitalidad”, plantean. ¿Cómo consiguen ganar vitalidad o mayor visibilidad dentro del mercado del libro en el que participan? “En términos de mercado, proponemos editar libros concentrándonos en la oferta y no en la demanda”, responde Brunet. “Las grandes editoriales editan respondiendo a la demanda, muchas veces identificada con estudios de mercado o con olfato editor. Así, publicar simplemente es ofrecer productos de rápida venta que respondan a una moda existente. A la inversa, el editor independiente aspira a participar en lo más rico que tiene una cultura, que es lo emergente; de ahí que su catálogo sea también una creación. La existencia de la edición independiente es la garantía de bibliodiversidad, de búsqueda, de experimentación, de oposición a la cultura dominante como única opción cultural. Prueba de ello es la práctica habitual en las grandes editoriales de ‘robar’ autores a las editoriales independientes una vez que éstos han alcanzado notoriedad, es decir una vez que empiezan a incorporarse a la cultura dominante. En ese sentido, funcionamos como una suerte de ‘laboratorio de experimentación’ para el mundo de la edición. Esa es nuestra debilidad y nuestra fortaleza”, admite.

La suelta de libros como símbolo es la punta de un recordatorio. “Aunque habitualmente encontremos los libros en una librería a determinado precio, no se trata de mercancías como cualquier otra; es un objeto portador de cultura donde circulan las ideas, la literatura, el conocimiento. Y ésa es la esencia de la bibliodiversidad”, sintetiza Brunet. “Si el libro fuera sólo una mercancía, como editores sólo deberíamos optimizar la ganancia y apostar por aquellos autores y libros ya consagrados o temas comerciales que nos garanticen una venta alta. En un mundo así, el panorama cultural se vería empobrecido casi hasta la miseria. Por eso apoyamos la circulación alternativa del libro. La suelta de libros es una actividad cultural pero también lúdica, que ya viene haciéndose en muchos países, que puede hacer cada uno en su lugar, que implica participación colectiva. Un microacto político”, define la editora.

“El concepto de bibliodiversidad va mucho más allá de la suelta a la que tomamos como una herramienta más de concientización”, advierte Brunet. “La instalación de un día de la bibliodiversidad apunta a darle visibilidad a este concepto, dar visibilidad al trabajo de las editoriales independientes, que habitualmente está en un segundo o tercer plano. Transmitir fundamentalmente a los lectores, pero también a los autores, los periodistas, los libreros, los funcionarios vinculados con políticas culturales, los bibliotecarios, la importancia de entender el funcionamiento del mercado editorial y actuar contra la concentración y la mercantilización del libro.”


Fuente:

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/17-19340-2010-09-21.html


Enlace relacionado:

http://www.servicios.clarin.com/notas/jsp/enie/v1/notas/imprimir.jsp?pagid=2207885

8 de septiembre de 2010

Para difundir Yo Lei Este Libro!!!


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Beneficios de la lectura

La importancia de la lectura.

La lectura no solo proporciona información (instrucción) sino que forma (educa) creando hábitos de reflexión, análisis, esfuerzo, concentración... y recrea, hace gozar, entretiene y distrae. Una persona con hábito de lectura posee autonomía cognitiva, es decir, está preparada para aprender por sí mismo durante toda la vida. En esta época de cambios vertiginosos en la cual los conocimientos envejecen con rapidez, es fundamental tener un hábito lector que nos garantice tener conocimientos frescos, actualizados pues ello nos vuelve laboral y académicamente más eficientes y competentes en el campo laboral o académico. Tener una fluida comprensión lectora, poseer hábito lector, hoy en día, es algo más que tener un pasatiempo digno de elogio…es garantizar el futuro de las generaciones que en este momento están formándose en las aulas.


Veamos, a continuación, algunas de las razones por las cuales debemos optar por un proyecto lector serio y creativo:

  • La lectura ayuda al desarrollo y perfeccionamiento del lenguaje. Mejora la expresión oral y escrita y hace el lenguaje más fluido. Aumenta el vocabulario y mejora la redacción y ortografía.·
  • La lectura nos permite aprender cualquier materia desde física cuántica hasta matemática financiera. No hay especialidad profesional en la que no se requiera de una práctica lectora que actualice constantemente los conocimientos para hacernos más competentes día a día.
  • La lectura mejora las relaciones humanas, enriqueciendo los contactos personales pues facilita el desarrollo de las habilidades sociales al mejorar la comunicación y la comprensión de otras mentalidades al explorar el universo presentado por los diferentes autores.
  • La lectura da facilidad para exponer el propio pensamiento y posibilita la capacidad de pensar. En el acto de leer, se establecen conceptos, juicios y razonamientos ya que, aunque no seamos conscientes de ello, estamos dialogando constantemente con el autor y con nuestra propia cosmovisión.
  • La lectura es una herramienta extraordinaria de trabajo intelectual ya que promueve el desarrollo de las habilidades cognitivas fundamentales: comparar, definir, argumentar, observar, caracterizar, etc.,
  • La lectura aumenta nuestro bagaje cultural; proporciona información, conocimientos de diferentes aspectos de la cultura humana.
  • La lectura amplía los horizontes del individuo permitiéndole ponerse en contacto con lugares, gentes, experiencias y costumbres lejanas a él en el tiempo o en el espacio.
  • La lectura estimula y satisface la curiosidad intelectual y científica.
  • La lectura desarrolla la creatividad pues al ampliar nuestro horizonte lexicológico y cultural nos brinda el desarrollo de los principales indicadores de creatividad como son: la fluidez, la flexibilidad, la originalidad y la sensibilidad.
  • La lectura nos vuelve más tolerantes, menos prejuiciosos, más libres, más resistentes al cambio, más universales y más orgullosos de lo nuestro.
  • La lectura es una afición que dura toda la vida que puede practicarse en cualquier tiempo, lugar, circunstancia. Nos libra de los males de nuestro tiempo: la soledad, la depresión y el consumismo compulsivo.

Segundo libro club de lectura.

El segundo libro leído en el grupo de lectura fue El Hombre Duplicado de José Saramago, y a raíz de esa lectura Anabell, miembro del grupo, hizo un interesante escrito en su blog sobre el libro y la narrativa de Saramago, leamos su reflexiones...




No es por poco que Saramago, Premio Nobel de Literatura 1998, sea uno de mis escritores favoritos. Y es que en su versión de El hombre duplicado deja ver a la luz su asombrosa capacidad filosófica e ingenio para atrapar al lector en cautivantes cuestiones sobre nuestra propia naturaleza humana y de lo que realmente “somos”.
Aunque ya he leído que este tema de los dobles ha sido fascinación de otros escritores a lo largo del tiempo, Saramago nos brinda su peculiar estilo: “explica entre líneas sus propios pensamientos, explora las contradicciones del ser humano, irrumpe con frases que nos invitan a reflexionar (…)”[i] y con juegos de palabras introduce al lector en su imaginable mundo. Además, su original estilo gramatical hace que estemos bien atentos a los diálogos porque de otro modo nos perderíamos profusamente.
Es así como en el Hombre duplicado nos brinda una vez más la solución (o al menos el planteamiento) a su ya acostumbrado as bajo la manga “qué sucedería si…”: si las personas empezaran a quedar ciegas de repente (Ensayo sobre la Ceguera), si la gente no pudiera morirse (Intermitencias de la muerte), si tu auto tomara vida e hiciera lo que quisiera (El embargo), si un hombre se obsesiona de una mujer de la que solo conoce su nombre (Todos los nombres), si a un rey le da con enviar como regalo un elefante en un largo viaje (El viaje del Elefante) y la lista pudiera haber quedado sólo en la mente prodigiosa del póstumo Saramago.
Si bien es cierto que la parte introductoria en la que nuestro personaje principal Tertuliano Máximo Afonso descubre que tiene un doble y su posterior obsesiva búsqueda, es abrumadora y a veces exasperante, no deja lugar a la duda que Saramago sabe jugarla bien para mantenernos con el deseo de llegar hasta el final y ver de qué forma nos sorprende con sus desenlaces inesperados. Ya sentadas las bases entre nuestros dos personajes, “la copia” y la “original”, se desencadenan una serie de sucesos que se van moviendo vertiginosamente y aunque el argumento se puede resumir fácilmente a unas cuantas premisas e ideas, no así la línea reflexiva que deja tras de sí cada acción de nuestros personajes y sus circunstancias.
Nuestra existencia, nuestra identidad… una cuestión fundamentalmente humana. El hombre duplicado nos brinda sólo el espejo en el que nos podemos mirar y sacar nuestras propias conclusiones de lo que realmente somos. En un momento en el que Tertuliano Máximo Afonso se disfraza para no parecerse a él mismo –por temor que lo fueran confundir con su doble – se resalta la frase “Era como si, por aparecer diferente, se hubiera vuelto más él mismo” con la cual Saramago reafirma de forma magistral la complejidad de nuestro ser, nuestro sentimiento de identidad exaltada, agregando que al final nuestro Tertuliano Máximo Afonso, por querer defender su identidad, el “quién soy”, termina perdiéndola. Alguien muy querido me dijo una vez: “No se puede buscar ser diferente... Todos lo buscan de alguna forma, si uno también lo hace, no termina siendo igual??...”
No cabe duda que el final me sorprende. Saramago vuelve a jugar con la capacidad del lector, oculta con su narrativa un elemento que solo vuelve aparecer al final: no es uno, sino dos dobles que tiene nuestro amigo Tertuliano; pero nuestro Tertuliano no es ya el mismo de antes, ha cambiado, ha adquirido nuevas experiencias que lo harán desencadenar otra seria de acontecimientos y esta historia no tendría fin, pero como leeríamos en las propias palabras de Tertuliano “Las personas pueden cambiar de una hora para otra y seguir siendo las mismas”…